Puma, León de las montañas, Coguar, “Lión”

Han pasado muchos años desde la infancia, pero ver un rastro de puma me produce la misma sensación, ese carácter indómito queda reflejado en su pisada. La sensación de ser observado por un animal invisible, aquel que ha sido renombrado en cada región de América toda donde habita, pero solo quiero referirme en este comentario al “Lión” como lo nombran los amigos paisanos de los andes patagónicos.

 

En cada conversación con esos gauchos de campo adentro, esta presente esa postal imaginaria del “Lión” que ha bajado de la montaña a hacer sus fechorías.

Denostado por dañino, por ser una plaga, por asolar los campos y un largo etc.

 

Rastro entre la helada.

Gracias Seba por prestarme la imagen

El recuerdo aun esta fresco de aquella primera vez que vi un puma –en vivo y en directo- mientras viajábamos a buscar leña a la montaña con mi padre, fue breve y fugaz pero esa mirada es algo que resulta difícil olvidar.

 

Casi la mayoría de los avistamientos tienen ese carácter furtivo, solo unos segundos de mirada para desaparecer en la sombra, es cuando se lo puede llegar a encontrar con la guardia baja o trasladándose a un nuevo territorio, pero esa no es la realidad cotidiana.

Seguir y ver un puma es algo totalmente distinto y, en algunos lugares es una tarea casi imposible.

 

Cuando comencé en esto de la fotografía, -algo tarde para mi gusto- hace unos 5 años, siempre imagine poder fotografiar pumas. Los intentos aquí en la cordillera patagónica donde suelo visitar a menudo fueron escasos, podría justificarme diciendo que no disponía de tiempo suficiente para semejante desafío, porque llegar a tener un puma a escasos metros es un verdadero desafío.

Es un animal que sabe perfectamente todo lo que pasa, se mueve o sucede en su territorio a un kilómetro de distancia, resulta tan desalentador siempre verlo a 500 o 600 metros y nunca poder tenerlo a tiro de cámara.

 

Estas ganas de fotografiarlo me llevo a visitar la meca del avistaje de pumas, el Parque Nacional Torres del Paine en la República de Chile. Habiendo contratado los servicios de un guía experimentado –requisito obligatorio que se decía, pero no era tan así-, por aquello de toda la información previa que uno va recolectando para hacer de la salida una experiencia beneficiosa y esquivarle a la improvisación. Lo primero que me sorprende cuando arribo al lugar es que a pesar de varios sitios que ofrecían safaris fotográficos de pumas dentro del Parque, el mismo parque había prohibió tal actividad por los desmanejos que llevaban a cabo algunos de estos “experimentados” safaristas, o sea había que tratar de fotografiar los pumas desde el camino o los senderos autorizados para transitar y que eran públicos.

Una vez allí con el guía, excelente persona, muy conocedor del lugar y la conducta de estos felinos – a veces no lo parezco, pero soy paisano de campo, como tal observador y de pocas palabras, se cuando alguien sabe del asunto y no quiere vender “humo”, aunque los vendedores de humo abundan por todas partes.

 

En nuestras conversaciones le explique que era lo que buscaba y anhelaba, que no era una necesidad impostergable que si se daba estaría muy gustoso. Los animales salvajes resultan impredecibles y no podemos pretender que posen para nuestros gustos fotográficos, la tarea es fotografiarlos haciendo su vida normal y no forzar esa conducta. Aunque como dije párrafos anteriores, uno se entera de cosas a medida que conversa con gente del lugar y sondea un poquito, las conductas de algunos que dicen ser fotógrafos de naturaleza, es por esas razones que el parque prohibió la actividad dentro de su perímetro, actos como acosar al animal para que se desplace “arrearlo” hacia el fotógrafo, obligarlo a moverse, coartarle el paso eran algunas de las practicas… en fin.

 

Fotografiar un animal esquivo, huraño, y de hábitos mas bien nocturnos resultaba difícil desde solo caminos y senderos, pero con la buena predisposición del guía y una buena observación de cada metro de terreno fuimos cada vez mas cerca de tener los primeros encuentros, mas allá del nerviosismo de Don José por los escasos primeros resultados.

 

Fueron pocos los días en el parque para tener otras posibilidades, pero lo que hicimos me dejo enormemente satisfecho, el poder caminar junto a un puma por mas de un kilómetro mientras se dirigía a alimentarse con las ultimas luces del día, ha sido una experiencia que no olvidare jamás. Amen de compartir con otro amigo y el guía esos momentos de charlas jugosas, es decir la amistad y eso lo valoro muchísimo.

Después de esta primera incursión en el territorio puma por excelencia, seguí masticando mi proyecto de fotografiar pumas en un lugar difícil de verdad, la meseta central patagónica y la costa, donde los pumas no están habituados al contacto humano y el poco contacto que pudieron llegar a haber tenido es un tiro errado o unos perros que los perseguían, por lo que llegar a estar cerca de ellos es una meta muy alta, pero alta de verdad.

 

Guanaco subido a un molle y comido.

Estos campos se caracterizan por una abundante cantidad de monte achaparrado y matas de varias especies, lugar aun mas difícil para observar este felino y otros mas que me interesaban fotografiar como el escaso gato de las pampas o gato del pajonal como asi el hermoso gato del monte o montes, todos ellos conviviendo en el mismo territorio pero pocas veces vistos.

Todo comienza por el principio, ubicar donde están habitando y seguir sus huellas para determinar un territorio, cuantos animales pueden estar residiendo y con que frecuencia llegan a aguadas, las carneadas de guanacos –muy abundantes por suerte para su alimentación-, es un trabajo de mucha paciencia, pasar días enteros caminando y observando, a pesar del frío o calor. Eso no importa cuando uno va detrás de huellas frescas, se terminan los horarios.

Los primeros encuentros son siempre escuetos y fugases, casi siempre la imagen se repite de verle solo la cola que se pierde entre las matas y después… nada más. Uno sabe que esta ahí a una distancia prudente, sabe que te mira, te olfatea pero es imposible verlo. La próxima será… y la próxima pasa lo mismo.

No es momento de aflojar porque llegara el día que tal vez acepte y se deje ver por más tiempo, que permita un acercamiento y así hasta que los avistajes sean más habituales. Ojala pudiera disponer de tiempo y gozar como se goza estando en el campo tras estos “bichos” pero solo un sábado o domingo no alcanza absolutamente para nada y los progresos son tan cortos que a veces desespera. 

 

Gato montes

Gato del pajonal

Cuanto de daño ha hecho en esta zona el uso de venenos en los campos, es increíble que todavía se siga un método tan ineficaz, inútil y dañino para controlar especies. Con esto no se controla absolutamente nada, solo se mata indiscriminadamente a cuanto animal carnívoro se llegue hasta el. Alguien alguna vez se puso a pensar cuanto dinero ganaría por ejemplo con el avistaje y fotografía de pumas y demás fauna –“rara para el mundo”-, de modo responsable y sustentable?

Esto lo digo a colación del enorme negocio que se ha montado en por ejemplo Torres del Paine, donde acuden personas de todas partes del mundo solo a tratar de fotografiar este felino, y lo digo con cocimiento, es un negocio y muy importante. Les dejo una tarea, el efectivo Google puede llevarlos a estas páginas donde se ofrecen los servicios y consultar los valores, se sorprenderán… y mucho!

Pero… es difícil cambiar años de prácticas que se creen efectivas, que en realidad solo sirven para despoblar nuestras tierras de hermosos animales que nuestros nietos solo verán en fotos, esas que sacamos nosotros.

 

Parte de este trabajo aun en comienzo es para demostrar que aquí en el patio trasero de nuestras casas habitan, prosperan y se pueden fotografiar pumas salvajes, libres y en su medio natural, que no es necesario ir a zonas especiales y dejar nuestros ahorros.

 

Si hay algo que caracteriza al puma es el sigilo, ellos se desplazan siempre ocultos a una posible presa o peligro. Días pasados fuimos con un amigo a recorrer por un rato y para mostrarle como y por donde se desplazan estos felinos, como digo aquí, en un gran sanjon natural de escurrimiento estaban sus pisadas muy frescas, de pocas horas. La evidencia dice que se movían una hembra con una cría de mediano tamaño. Junto a ellos también se movía un gato –la intriga es si del pajonal o montes- creo que estos últimos son seguidores del puma en búsqueda de los restos que dejan de alguna presa.

En ese territorio y muy a pesar de lo que dictan las escrituras sobre el tema, comparten el mismo 6 ejemplares de puma. Una de las hembras grandes posee dos cachorros ya en edad de separamiento y la otra hembra creo mas vieja por su pisada enorme tiene un cachorro más pequeño de tamaño medio. Ambas solapan sus territorios y aparentemente comparten las presas, porque ambas pisadas están presentes en la misma carroña.

 

Soy un firme creyente que esa zona tiene una alta densidad de pumas, como también es alta la densidad de guanacos será por eso que no han tocado las pocas ovejas ni los terneros? Con la espesura del monte les resulta fácil cazar guanacos y esto demostraría que prefieren estar lejos de la zona más cercana a las casas y no exponerse, aunque allí no se los persiga.

Decía que la densidad puede ser alta para el tamaño del territorio. Hace un tiempo pude hacerme de un puma muerto y recuperar el cráneo, la sorpresa fue ver que aparentemente fue muerto por otro puma. Si observan la mordida presente en la base del cráneo, se observa claramente un hundimiento por compresión y la inserción de los colmillos formando surcos. A juzgar por el tamaño del cráneo se trataría de un individuo joven.

 

Será una pelea de machos por dominar el territorio? 

 

Es evidente por las imágenes que hay un compartir territorio entre machos, hembras y crías. De seguro el macho que suele estar entre ellos es el padre de esos hermosos cachorros, y se encuentra a la espera de poder servir a ambas hembras cuando las crías sean dejadas de lado y salgan en búsqueda de un nuevo territorio, de lo contrario estimo que los mataría.

La naturaleza da sorpresas y deja al descubierto a lo que dicen los expertos…

 

Me gustaría que hagan unos segundos de relajo y lleven a su imaginación esta escena.

“Tarde ya entrando la noche –invierno Patagónico- volviendo de un día con muchas satisfacciones. El viento que sopla con mucha fuerza, más allá de lo normal. Que seria mas de lo normal en estas áridas estepas, si cerca de 100 kilómetros por hora.

Llego a una tranquera de salida, bajo a abrir el candado – la inseguridad ha llegado a lo mas recóndito de estos campos despoblados, es triste pero la realidad es así- paso la camioneta cuando veo un reflejo del lado izquierdo, pensé es un zorro y sin darle mucha importancia me dispongo a cerrar la tranquera en medio de ese vendaval de viento y arena que vuela. Agachado tratando de cerrar el candado miro hacia el camino iluminado por el vehículo y me sorprende un “Lión” a unos 20 metros delante. Me dije –Vaya momento!!!! La cámara reposaba en el asiento trasero- El apretón-pellizco en un dedo de la gruesa cadena que se tenso por el viento me hizo dar un dolor penetrante en la mano.

Despacio trate de arrimarme a por la cámara y en esos pasos ya imaginaba la foto y composición de esa escena salvaje. El puma avanzaba semi agazapado sobre unas dunas con esa tormenta de arena – medano formado por arenas que vuelan de lagunas salitrosas secas- era la escena mas “wild” que he visto con un puma!!!

El maldito viento casi me arranca la puerta de las manos, haciendo esfuerzo pude tener la cámara y la linterna, subir el iso a 6400, pero ya no había puma, solo oscuridad iluminada por la linterna. Buscándolo en los alrededores veo que ya trepa el cerro entre las matas, trate de arrimarme despacio pero fue imposible. Todo había quedado solo en el recuerdo, era una foto soñada…”

 

Así de furtivos e impredecibles son los encuentros con los pumas de estas zonas, duran segundos.

 

Un pequeño regalo de esas noches donde los protagonistas son ellos.

Esta foto esta dedicada a un señor de un jurado, que la descalifico porque suponía que el puma no era salvaje, permítanme la licencia de dedicársela ...

 

Continuara…

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Comentarios: 3
  • #1

    eduardo (miércoles, 14 junio 2017 10:24)

    Muy buena la nota Fabian, un placer leerla y mas aun verlos en libertad.

  • #2

    Sebastián Castillo (miércoles, 14 junio 2017 11:42)

    Muy buen Post Fabián! Sin fudas increíble pisar el mismo suelo donde caminan estos maravillosos y esquivos felinos. Ojalá algún día la gente conozca la naturaleza que nos rodea y aprenda a cuidarla. Hay que romper el paradigma de los viajes a lugares exóticos para disfrutar de lugares salvajes y sus maravillas, tenemos todo al alcance de la mano.
    Muchas gracias por invitarme a compartir una tarde de campo en busca delos rastros de estos "bichos" increíbles.

  • #3

    Fernando (miércoles, 04 abril 2018 09:49)

    Muy buen relato, hace poco pude fotografiar un zorro a menos de 5 metros y cuando me miro fijo, me hice encima, es mas creo que era mansito, lo que debe ser un puma a pocos metros, me gustaría saber con que optica estabas.